Identidad participativa:
No se trataba de crear una identidad y lanzarla al mundo, sino de construir sus bases y que fuera el mundo quien la acabara de completar. De esta manera, la nueva identidad de Seisgrados sólo podía seguir un camino: Crear una experiencia de marca a partir de la cual esa identidad se construyera gracias al diálogo con los propios usuarios, algo así como una identidad corporativa participativa.

La Teoría:
El nombre de Seisgrados se inspiró en la famosa "Teoría de los seis grados de separación", una teoría que trata de probar que todos los seres humanos estamos conectados entre nosotros por, como máximo, cinco intermediarios. Dicho de otro modo, conectando todas las personas del planeta entre sí mediante seis enlaces o grados de separación.

Construcción marca:
Las bases de la nueva identidad tomaban como punto de partida la citada “teoría”, de forma que el símbolo inicial se construiría a partir de una figura hexagonal que acababa formando la figura del número 6. Este símbolo intentaba representar esa red conectada por los propios usuarios que es hoy el mercado, y que nos serviría para representar las conexiones que hay entre ellos de una forma limpia y elegante dentro de la nueva identidad.

Fase experiencial:
El proceso de realización de esta nueva identidad iba a constar de 2 fases. Una primera experiencial donde se pediría la participación de los usuarios, y una segunda fase donde se acabaría de plasmar esa identidad a partir del diálogo mantenido en la primera fase. Esa primera fase experiencial sería el punto clave en la nueva identidad de Seisgrados. Durante esta fase, todo el mundo iba a poder participar de la nueva identidad de Seisgrados a través de una sencilla aplicación online. Dicha aplicación intentaba representar la “teoría de los seis grados de separación” de una forma gráfica. Los distintos usuarios únicamente tendrían que seleccionar un color y unir 6 puntos dentro la estructura hexagonal inicial, de forma que cada usuario acabaría completando la unidad de identificación de marca y por tanto creando su propia versión para el nuevo logotipo de Seisgrados.

Fase final:
En una segunda fase posterior, los 6 logotipos más votados por los propios usuarios serían los que se llevarían finalmente a la gráfica impresa de Seisgrados, desarrollando cada una de sus aplicaciones correspondientes. La participación es un factor fundamental en la comunicación de hoy en día y una agencia como Seisgrados tenía que dejar constancia de ello en su propia identidad.

Combinaciones:
Las opciones resultantes eran múltiples, siendo la intención principal en esta fase experiencial la de recopilar todas las combinaciones posibles de los distintos usuarios. Además, serían ellos mismos los que posteriormente podrían votar por la opción que más les gustara.